Lavado de cara

PRESENTACIÓN

    Al pequeño Juniperus chinensis que os voy a mostrar hoy, no pareció gustarle nada la puesta a punto que le había realizado a principios de primavera. Tanto fue así que secó bastantes brotes pequeños, una ramilla sin demasiada importacia y no creció practicamente nada en toda la estación vegetativa. Buena prueba de ello es que el alambre no se había comenzado a clavar en ningún punto.

    Os lo muestro en sus cuatro caras antes de tocarle.



Frente del árbol antes de la actuación



Lateral izquierdo



Parte trasera



Lateral derecho

 ACTUACIONES

    Como ya comenté y habréis podido ver en la primeras fotos, muchas hojas y brotes pequeños se han secado. Lo primero que hay que hacer, por tanto, es eliminar toda esa vegetación seca.

    En la zona central de la siguiente imagen podeis apreciar una pequeña ramita que también se ha secado. Afortunadamente existe otra al lado para cubrir el hueco que ha dejado, por lo que también hay que eliminarla.

    Una vez efectuada esta limpieza la copa ya luce más vistosa, hasta parece que el verde ha intensificado su color.

    El siguiente paso era actuar sobre el tronco y la superficie del sustrato. De echo se había generado una buena capa de verdín sobre la madera muerta, todavía quedaba un alambre de sujección a la vista que debía de ser eliminado y el sustrato también necesitaba de un lavado de cara.

    Así que hubo que armarse de cepillos y comenzar a extraer las capas de ese verdín que se había desarrollado. Una vez limpia la madera se le aplicó líquido de jin. Como sabéis el líquido de jin hay que darlo sobre la madera previamente humedecida lo cual provoca, muchas veces, que se escurra sobre zonas de corteza viva. Para que el resultado del trabajo final se vea impoluto, debemos dejar secar el líquido de jin y, a continuación, limpiar la zona que se ha manchado. Para ello yo utilizo un cepillo de cerdas suaves de la Dremel.

    Ya he dicho que antes de limpiar la zona en la que se nos ha escurrido caldo sulfocálcico, hay que dejarlo secar. A continuación, estando ya bien seco, volvemos a humedecer la zona con un pulverizador.

    Luego, con el cepillo mostrado en la foto anterior, se va retirando la capa blanquecina de la zona deseada.

RESULTADO FINAL

    Al final del "lavado de cara" el pequeño juniperillo ya muestra otra cara, listo para alcanzar metas de mayor calado, por ejemplo una expo. Acompaño las fotos que demuestran lo bien que le ha sentado la sesión de estética.



Lado derecho



Parte trasera

Lateral izquierdo

Frente

    Viendo la foto final se aprecia que algunas ramas deberán de ser recortadas un poco más en el futuro, concretamente la seguna y la tercera del lado derecho y la segunda del lado izquierdo. Con esto conseguiremos acentuar un poco más la silueta triangular. De todos modos no he querido hacerlo ahora poque, como ya comenté al inicio de la historia, este ejemplar ha sufrido bastante, por lo que no he podado nada que no estuviese seco, tan sólo algunas puntas diminutas. El alambrado se ha mantenido el que ya tenía, que aun no ha cumplido su función: fijar la posición de las ramas evitando que retornen a sus formas originales. Tan sólo se ha colocado en su lugar la ramificación fina, pero aprovechando para ello los viejos alambres.

    La siguiente primavera será abonado con generosidad para intentar que no vuelva a resentirse. Será entonces, cuando me cerciore de que responde bien, cuando comience una segunda fase de formación, reduciendo las partes comentadas antes.

    Termino la entrada de hoy confesandoos que este es un árbol un tanto especial para mí, no en vano me ha proporcionado una mención honorífica en el 2º Congreso Gallego de Bonsái. Espero recuperar con el la gloria pasada, mientras tanto, como siempre, a disfrutar del camino.

    Un saludo de este cascarrabias capitán, os espero a todos a pié de navío cuando volvamos a zarpar de cara a nuevos horizontes.

    Juan Liñares