martes, 31 de enero de 2012

La "Carballeira das Pedrosas"

     El pasado sábado, mientras hacía tiempo en espera de que mi hijo saliese de la academia, se me dió por visitar un parque que tenemos en Silleda y que se conoce como "Parque municipal das Pedrosas", o bien "Carballeira das Pedrosas". Este espacio fue inaugurado el 8 de julio de 2.006 por el entonces alcalde D. José Fernández Vieitez y el Presidente de la Diputación de Pontevedra , D. Rafael Louzán.


Cuenta con una superficie de 20.430 metros cuadrados de los cuales 722 pertenecen a vias peatonales o senderos, por los que suele pasear la gente del lugar, hacer footing, etc.


    Del total de la superficie unos 670 metros cuadrados están ocupados por espacios de juego, donde encuentran un buen lugar de esparcimiento las familias con niños cuando hace buen tiempo. Otra zona está ocupada por varias de esas máquinas que proliferan ahora para hacer ejercicios.


    Una fuente de piedra ofrece agua potable para saciar la sed de niños y mayores.


    En el centro del parque se han colocado unas cuantas piedras de buen tamaño que le dan un encanto especial. A mi me recuerda a un conjunto megalítico, de los que Galicia tiene una importante representación.


    A pesar de que se trata de un lugar público que se mantiene bastante cuidado algunas zonas manifestaban claramente la presencia de topillos.


    Lo que me da la clave para afirmar que se trata de topillos y no de topos es la presencia de surcos, como el que se puede apreciar en la foto inferior.


    Algunos bancos de madera a los lados de los caminos ofrecen un lugar de descanso al visitante.


    Dentro de los límites del recinto hay 264 árboles, de los que la mayoría son Robles carballos (Quercus robur).


    Me imagino que el resto de la gente no se fija en detalles en los que nos fijamos los aficionados al bonsái cuando estamos en un entorno natural. Concretamente a mi me llamó la atención, por ejemplo, la corteza de algunos ejemplares, síntoma de una edad bastante avanzada, aunque en este recinto tampoco es que sean excesivamente viejos los árboles que lo poblan.


    También me fijé en que algunos árboles tenían líquenes de color blanquecino en sus cortezas, algo que en bonsái nos da un  plus de calidad, de vejez, de naturalidad.


    Aunque la mayoría de los árboles son robles, también hay un puñado de abedules (Betula alba) bastante altos.


    Su corteza blanca, típica de la especie, amenaza con verse totalmente recubierta por el musgo, señal de que estamos en un enclave con una alta humedad ambiental.


    Hablando de abedules fijáos en la interesante base que tiene este ejemplar.


    Los rebrotes en la base de los árboles no es sólo patrimonio del bonsái, también ocurre de forma natural.


    Es invierno y el arbolado se muestra desnudo de hojas, pero éstas no están ausentes, tapizan el suelo de todo el parque, excepto las zonas transitadas por los visitantes.


    Ya os dije que la deformación "profesional" nos hace fijarnos en detalles que para los demás se muestran ocultos. En algunos robles se veían formas en las ramas realmente inspiradoras, sinó fijáos en la que os muestro abajo, con unas sinuosidades muy sugerentes y bellas.


    Esta otra rama que os muestro a continuación, que recorre la fotografía en diagonal, nos da una idea de como debemos modelar las de nuestros árboles caducos: primero descienden, se extienden durante un trayecto más o menos largo y, finalmente vuelven a levantar la ramificación más fina.


    Se ve que en su día algunas hiedras ascendían hasta la parte más alta de las copas de muchos de los árboles, por lo que los empleados municipales les cortaron los troncos de cuajo. La que sostengo con la mano la verdad es que ya tenía un buen calibre.


    Otro buen ejemplo de como crecen, de forma natural, las ramas de los caducos.


    Esto me encanta, fijáos en la calidad de esta madera muerta, con sus grietas naturales, su textura, hasta con sus agujeros de carcoma y todo. La verdad es que el trabajo de la Naturaleza es inimitable.


    Había un roble que tenía un nebari espectacular, digno d cualquier buen ejemplar en maceta.


    Fuera de los límites del parque me llamó la atención la longitud y horizontalidad que ha alcanzado alguna rama. La verdad es que no sé muy bien como aguanta su peso y no se derrumba, sobre todo si tenemos en cuenta que poco más corta debía de ser que la altura total del árbol.


    El parque estaba bastante cuidado pero, al otro lado de la valla que lo delimita, todo es maleza ¡aquí ya no limpia el ayuntamiento!


   Otro de los laterales del parque está delimitado por un muro de piedra, muy típicos de nuestra Comunidad y a los que denominamos "balos". Al otro lado ¡como no! más maleza.


    En la base de uno de los árboles había un agujero que de seguro servía como guarida a algún animalillo. Se veía bastante transitado, por eso lo deduje.



    Otro detalle que no me paso desapercibido fué el tocón que os muestro abajo. Observad como el labio de cicatrización está a punto de engullirlo.


    Más detalles de madera, en esta ocasión un viejo tocón recuerda que en ese lugar había una rama muy importante que seguramente acabo rindiéndose ante el empuje de algún temporal.


    Más ramas inspiradoras.


    Finalizo este recorrido por el Parque Municipal das Pedrosas con dos fotografías generales, la primera de uno de los paseos y la siguiente una vista general de la masa arbórea.




    Bueno, pues hasta aquí la entrada de hoy, que se sale un poco de lo que ha sido la tónica general de este blog. He decidido comenzar a publicar algunos artículos como este porque pienso que, de vez en cuando, el aficionado al bonsái debe volver al origen de todo: la Naturaleza, maestra y fuente inagotable de inspiración...al menos para mí.

                                         -----------------------------------------

    "Una mañana, después del desayuno, el capitán salió a dar una vuelta por cubierta. La mayoría de los capitanes de buque tienen esa costumbre: dar una vueltecita por cubierta con aire de linajudo provinciano tomando el sol por sus dominios como los caciques por los suyos".

    Del libro "Moby Dick" de Herman Melville

sábado, 28 de enero de 2012

Maquillaje

    Hola de nuevo a todos, hoy voy a mostraros uno de esos trabajos rutinarios en los que normalmente los aficionado invertimos la mayor parte del tiempo destinado a nuestros árboles. Se trata de la típica labor de mantenimiento de un Junípero, algo que ya os debe resultar muy familiar.

    La planta protagonista de la entrada de hoy es un pequeño Juniperus chinensis que ya lleva unos cuantos años conmigo. Procede de una partida de árboles importados, de esos que vienen con un tronco muy contorneado pero con la copa si haber sido trabajada nunca. El ejemplar ya ha participado en varias exposiciones de bonsái, llegando incluso a lograr una mención de honor en uno de los Congresos Gallegos que se han celebrado. Es de tamaño sohin.

    Durante la estación de crecimiento del 2011 no se le ha tocado. Se le ha dejado crecer y fortalecerse con total libertad. Ahora le ha tocado la hora de pasar de nuevo por la sección de "maquillaje". Como siempre comienzo por mostraros una fotografía del junípero antes del trabajo.


    Con el paso del tiempo y ayudada por los riegos la madera seca ha ido cogiendo verdín:


    Tocaba limpiarla y sanearla. También la corteza había formado nuevas placas que hay que retirar. En ellas también se puede apreciar la acumulación de verdín.





        Nos armamos de las herramientas necesarias para realizar la limpieza tanto de la madera como de la vena viva...


    ....y nos ponemos a trabajar. Fijáos en la diferencia que hay entre las partes que todavía no han sido saneadas con las que ya lo han sido.



    Para ir arrancando las plaquitas de corteza vieja he utilizado también una heramienta manual que me resulta de mucha utilidad; os la enseño para que veáis su forma.

   
    Esta operación debe realizarse con la máxima precaución. El objetivo es retirar toda la corteza vieja sin dañar las capas vivas que hay debajo. Por ello tenemos que manejar el instrumento con cuidado, evitando pinchar las capas inferiores con la punta del mismo.
Tras esta operación una buena limpieza, con agua y un cepillo de cerdas no demasiado duras, nos ayudará a conseguir la coloración rojiza tan característica de la especie. Se puede pasar también una lija de grano fino para eliminar algunas imperfecciones, pero dado que el ejemplar no iba a ser expuesto en breve consideré que con un buen cepillado bastaba por ahora.



    Al haber dejado a la planta crecer a su aire durante toda la temporada de primavera - verano el tronco también ha engordado. Por eso he considerado que le daría un "plus" al diseño ampliar el shari hasta un poco más arriba. Si observáis nuevamente la foto anterior os daréis cuenta de hasta donde llegaba antes; en la de abajo se aprecia la ampliación realizada.


    En alguna zona, a mitad del tronco, la vena viva había engordado tanto que había estrechado el shari hasta hacerlo demasiado fino. Había que volverlo a abrir. En la imágen de abajo podéis apreciar esta ampliación. Debido al engrosamiento del tronco esta zona se muestra más abultada, quedando el shari primitivo más hundido. Hemos ganado en textura, igual que ocurriría en la naturaleza.


    Tras la limpieza había que hacer una poda de refinado para eliminar las ramitas débiles, los brotes mal situados que se habían desarrollado en primavera y reducir la masa verde para que resultase más ligera. Abajo podéis ver como se encontraba el árbol a medio camino de estas operaciones.


    Un buen alambrado nos ayudaría a lograr de nuevo una imágen nítida de nuestro árbol, con los pisos bien definidos y colocados en sus lugares adecuados. Os lo muestro tras haber terminado la colocacíón del alambre y haber situado las ramas en su lugar.


    Aquí aun no se había tratado la madera con líquido de jin, de hecho esta operación la he demorado un par de meses (el trabajo descrito hasta ahora data de noviembre) para darle tiempo de que secasen las nuevas áreas de madera muerta. Las fotos finales se han realizado hace un par de días y en ellas ya se nota una madera más blanqueda, que contrasta claramente con la tonalidad de la corteza. Lado derecho.


    Parte trasera.


Lado izquierdo.


    Y frente.


    La verdad es que viendo las fotos me doy cuenta que la que he tomado de noche resulta mucho más artísitca que estas últimas. Habrá que hacerlo más frecuentemente. Bueno, espero que os haya gustado el trabajo. Hasta la siguiente entrada.

                                         ----------------------------------------

    "Veía con claridad meridiana cuáles eran las virtudes de un pesca. Con el pez el instinto, un olfato especial que el mismo trabajo te enseña pero nunca te enseña del todo, un algo que se lleva en la masa de la sangre y que decide la red aquí y no una milla más al norte. Y con el hombre los cojones, que es un demasiado el convivir en una cáscara de nuez marea tras marea, la autoridad es cuestión de redaños, de estómago, de no irte por los pantalones en el momento crítico. Esas son las dos virtudes del pesca, instinto e intestinos".

        Del libro "La mar es mala mujer", de Raúl Guerra Garrido.

sábado, 21 de enero de 2012

El desterrado

    Cuando Masahito decidió enviar al destierro al Juniperus chinensis protagonista de la siguiente entrada no lo hizo por capricho. La historia de esta planta había comenzado ya hacía varios años y no siempre se desarrolló según los planes previstos. Se trata de un ejemplar procedente de Taiwán, que se caracteriza por su mayor facilidad en emitir brotación en aguja que los "Itoigawa" y "Sargenti" japoneses.

    La planta en sí ya había pasado por un taller con David Benavente, del cual parecía haber salido bastante airoso. Sin embargo el destino tenía preparado para su propietario unos cuantos sinsabores que darían al traste con el diseño planteado por David. Se debilitó y fué perdiendo ramas poco a poco.

    En un principio Masahito tenía su árbol en la terraza, lugar destinado a albergar los ejemplares más destacados de su colección pero, dado el cariz que iba tomando el asunto y anteponiendo la salud del árbol a cualquier otra consideración, lo llevó para "La Aldea", nombre con el que habitualmente se refiere a una finca propiedad de la familia y en donde tiene el material "en bruto", en fase de formación, etc. Durante años lo dejó crecer a su libre albedrío, se trataba de recuperar el vigor y ver por donde "tiraba" el árbol, antes de considerar un nuevo modelado.

    Tras unos cuantos años de "mimos" la planta respondió bastante bien, de echo sacó unos brotes bastante fuertes. Dado que en octubre teníamos entre nosotros a Marco, decidió llevarle el junípero para su remodelado. En la foto de abajo podéis ver la planta a su entrada al taller.


    La que os he mostrado es la parte más o menos frontal, con una ligera desviación. La parte trasera os la muestro ahora.


    Como siempre el propietario introduce el árbol tanto al maestro como al resto de asistentes al taller. Cuenta su historia y los problemas que le ha ido planteado a lo largo de estos años de convivencia. Marco escucha con atención.


    Luego es él quien toma la voz cantante y comienza a aportar ideas, a transmitirnos lo que le sugiere el árbol y, finalmente, las posibilidades que se le ocurren para su nuevo modelado.


     Lo primero que comenta Marco es que en la base hay una capa de corteza muerta que hay que retirar. Se trata de ampliar el shari hasta encontrar la vena viva, que ya se intuye claramente antes del trabajo porque la zona por la que hay circulación de savía está más abultada que aquella en la que no la hay. Marca la zona a pelar con un rotulador...


    ...y le manda cortar a Masahito un alambre que estorba para acceder comodamente a la zona de trabajo.


    Luego él mismo comienza a pelar la zona.


    Después le pide al propietario que continúe el trabajo y que se esmere en el arreglo de algunos jines. Y aquí le tenéis...obedeciendo las órdenes del maestro italiano.


    Una vez concluida esta primera fase Marco, con su ya famosa Ichiban, recorta la brotación sobrante.


    Y comienza el alambrado...


    Se procura alambrar todo lo que se puede, pero sin llegar a los exremos últimos de la brotación verde.


    Una vez alambrado todo el árbol, Marco se dedicó a colocar las ramitas en su posición. El resultado final es el que podéis ver a continuación. Primeramente os muestro la parte trasera.


    El lado derecho.


Lado izquierdo.


    Y finalmente el frente.


    Como podéis apreciar muchos brotes no se han recortado: deben engordar y fortalecerse antes de pensar en refinar más a fondo. A la vez este modo de proceder sirve para que el estrés al que se ha sometido al junípero no sea tan acusado.

    Tras recibir instrucciones por parte de Marco de cuales debían de ser las próximas actuaciones sobre la planta, Masahito se fue del taller con la sensación de que esta vez sí, esta vez conseguiría llevar a buen puerto al "Desterrado".

    Espero que os haya gustado la historia de hoy, de no ser así, tal vez lo consiga en la siguiente ocasión. Gracias a todos por seguir ahí.