domingo, 28 de octubre de 2012

Fresa vestida de otoño

    Con varios frentes abiertos, pero sin terminar, no dispongo de material gráfico para poder redactar otra entrada "larga".

    A la espera de que ese día llegue saludo a la tripulación y os dejo con una imagen de una pequeña Fresa silvestre (Fragaria vesca), vestida para la fiesta del otoño ¿ Habrá alguien que quiera bailar con ella ?


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      La fantasmagórica imagen de la luna, reflejada en las profundas aguas oceánicas, le da un aire de ultratumba al horizonte. Los marinos, acostumbrados a la contemplación de esta espectral composición, descansan en sus camarotes ajenos a que en cubierta, en el interior de uno de los botes salvavidas, un joven polizón no ha podido controlarse y se ha ido por la pata abajo. Se irá curtiendo a lo largo de la travesía, no le queda otra.

    Un saludo a todos
    Juan Liñares

8 comentarios:

  1. Que bonitos colores tiene.

    Un saludo

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    1. Cyd, la verdad es que estos primeros fríos de otoño la han ruborizado mucho. Para mi gusto está espectacular, claro que este momento es breve pero mientras dure se disfrutará.

      Un saludo

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  2. Antes muerta que encilla¡¡¡, otoñando, con unos colores espectaculares y su fresica.

    un saludo

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    1. Roberto, esta fresa lleva ya unos cuantos años conmigo, pero la verdad es que lo de fructificar es la 1ª vez que lo hace. También con flores está bonita.

      Un saludo.

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  3. Preciosa otoñada. Me recuerda a los viñedos.

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    1. Ángel, los tonos la verdad es que son los mismos que los que lucen las viñas. Buen apunte...y buen ojo.

      Un saludo.

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  4. Yo mismo bailaría con ella de no ser porque creo ser el joven polizón del bote salvavidas que no ha podido controlarse y mi estado no resulta ahora mismo atractivo, ni siquiera presentable.
    Yo mismo disfrutaría en cubierta de ese plateado horizonte que le da a la luna un lecho de ultratumba, de no ser porque no estoy, como otros marinos, acostumbrado a contemplar tan májica composición desde cubierta..... no en vano vine al mundo en tierras de adentro, entre peñascos vestidos de líquenes en plena Sierra de Gredos, con el sonido de las cabras montesas, que no de las olas.
    Mas paradójicamente, aquellas extremeñas tierras fuero cuna de grandes navegantes, por lo que seguro que me adapto presto a los vaivenes de este barco que tan acertadamente capitanéas.

    Un abrazo.

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  5. ¡ Pero Yoyo ! Si nos has salido poeta ¡ qué tío ! No, en serio, muy bonitas tus palabras, gracias por intervenir.

    Un saludo

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