lunes, 19 de diciembre de 2011

Un bunjin para Luis Alberto

    En el pasado mes de octubre hemos tenido la fortuna, como ya viene siendo habitual, de contar con la presencia entre nosotros del gran maestro italiano Marco Invernizzi. Uno de los días que nos dedicó lo hizo trabajando para la Asociación Cultural Bonsí Coruña. Coincidió además que celebrábamos nuestra habitual expo de otoño, con lo que Marco impartió los talleres de cara al público. Además nos estuvo asesorando sobre como montar la exposición, comentando algunos aspectos que deberíamos tener en cuenta. Todo muy ameno, lo que sin duda habrá servido para que más de uno tome nota de cara a próximas citas.

    En cuanto a los talleres hubo diversidad de árboles, aunque curiosamente la mayoría eran pinos. Uno de ellos fue el que ha traído nuestro buen amigo Luis Alberto, Un ejemplar de altura considerable y de complicada resolución. Os lo paso a enseñar sin más demora.
    Como veis el ejemplar no era "facil", habría que "domesticarlo con cariño". Lo primero que suele hacer Marco cuando se enfrenta a un árbol por vez primera es comentar las características generales del mismo, como está haciendo aquí, en presencia de todos los participantes en el taller.
    Después de darnos unas pequeñas explicaciones sobre ejemplar en concreto, lo siguiente que suele hacer es pedirle al propietario que le cuente un poco cual era la idea que tenía para él. Este momento queda reflejado a continuación, a través de la siguiente imágen, en la que Luis expone su punto de vista para que todos lo compartamos.

    A continuación Marco nos cuenta cual es la mejor opción que él ve para el árbol. En caso de que el propietario esté de acuerdo con la misma es hora de ponerse manos a la obra. En este caso lo primero que tuvo que hacer Luis es eliminar alguna acícula vieja, lo que facilita sobremanera el alambrado posterior.
        Tras terminar esta tediosa labor lo siguiente que hubo que hacer fue enrafiar parte de la zona alta del tronco. En esta ocasión contó con la colaboración de otros dos socios: Antonio y Alberto, que no tuvieron reparos en echarle una mano a Luis para que la rafia quedase bien prieta.

    Cuando la rafia estuvo colocada en toda lextensión que el maestro pidió, se acercó a la planta y varió el ángulo de plantado, situando al pino en el que iba a ser su nueva posición.

    La idea era compactar bastante el árbol, para lo cual Marco volcó casi todo su peso corporal encima del mismo. Mientras tanto Luis ajustaba el tensor y Alberto sujetaba la maceta, no fuera a ser que se produjese un accidente indeseado.

    Este es un trabajo muy delicado, que a pesar de la brutalidad que parece ser empleada para llevarlo a cabo, nada más lejos de la realidad. Cada movimiento, cada paso, están perfectamente controladon, mirad sinó la cara de concentración del maestro italiano con la mirada perdida en el infinito.
    Tras la colocación del tensor toca ahora verificar que se ha conseguido el objetivo deseado.

    Una vez comprobada la eficacia del tensor toca ahora modelar la parte que previamente se había enrafiado. Para ello Marco vuelve a dar muestras de su sensibilidad cerrando los ojos para sentir mejor como evolucionan las dobleces que pretende dar al tronco. Es como si aumentase su sensibilidad ante cualquier pequeña microrotura.

    Después de todos estos trabajos previos, en los que se ha decidido ya la futura forma del bonsái. es hora de meterse en harina con el alambrado. Marco señala como quiere que se lleve a cabo, que ramas alambrar en primer lugar, como hacerlo bien para que sea eficaz a la vez que estético, etc.

    Una vez el árbol está totalmente alambrado Marco va colocando las ramas en sus ubicación definitiva.

    En esta parte todavía se hace necesario colocar otro tensor. La copa debe de volver hacia el tronco para darle un mayor movimeinto y compacidad.

    La técnica de colocación del tensor en detalle.

    El trabajo debía de estar desarrollándose según los planes establecidos, no en vano los protagonistas mostraban esta cara de satisfación.

    Dandole los últimos "toques" bajo la atenta mirada de Luis.

    Y este es el resultado final. Le falta mucho camino por recorrer todavía, pero las bases ya están asentadas. Ahora da la impresión de no estar todavía muy definido, pero con el paso de los años esto se irá mejorando estación tras estación.


    Bueno, pues hasta aquí la entrada de hoy, espero que os haya gustado y que pasáseis un rato entretenido leyéndola, al menos tanto como yo lo hice compartiéndola con todos vosotros. Mañana va a ser que no...y pasado tampoco, pero permaneced atentos puesto que un día no muy lejano emprenderemos una nueva aventura y el que no esté presente se quedara en tierra. ¡Aviso del capitán!

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    Tras haber colgado esta entrada en el blog, Luís tuvo a bien enviarme una foto acttual del árbol, ya en su jardín, en la que se aprecia mejor la linea del árbol. Os la enseño para que lo comprobéis.

3 comentarios:

  1. Un artista este Marco. Bonito pino
    Saludos

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  2. Siempre es un placer poder ver a Marco en su máxima expresión, o sease en plena faena. Gracias Juan por hacercarnos estas instantáneas, sin duda muy instructivas, pero creo que no me equivoco al decir que también nos gustaría ver trabajos tuyos, como nos tenías ya mal acostumbrados en el antíguo cuaderno de bitácora.
    Un abrazo.

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  3. Hola Juan hoy me lleve una grata sorpresa al dar casi por casualidad con tu blog , ya tienes un admirador mas en esta nueva trabesia .
    Un saludo de este viejo marinero .
    Celio .

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