lunes, 3 de diciembre de 2012

La increible historia de la sabina, el humo y los chorizos

DE CUANDO LA PROTAGONISTA LLEGA AL "PHOTOCALL"

    A Javier le conozco muy poco, más bien casi nada. Tan sólo había intercambiado con él unas palabras en el último Congreso Gallego de bonsái. Fue una relativa sorpresa, por lo tanto, encontrármelo el día del taller con Vila puesto que no había pensado que pudiese tener material para una de estas jornadas. Sin embargo, el hecho de estar en constante contacto con Kingii, le posibilitó a este aficionado de Santa Cruz de Rivadulla poder hacerse con una sabina más que meritoria, que le había vendido nuestro anfitrión.

    La planta era de mediano tamaño, tirando más bien a pequeña que a grande, pero con una serie de problemas que luego iré desgranando. En la entrada al local lucía el aspecto que os muestro a continuación.



EL GRAN PROBLEMA

    Este ejemplar tiene un gran inconveniente a nivel de raíces, de hecho está plantada hacia uno de los extremos del contenedor y no es por capricho. Posee una raíz reptante que serpentea a ras de tierra y que tiene raicillas capilares en toda su longitud. Mal asunto.


    En esta sesión de trabajo se ha modelado la planta, pero el reto más difícil que le queda por delante, tanto al propietario como a la sabina, es el de conseguir una reducción enorme en la longitud de esa raíz. Debera quedar reducida a la quinta parte de lo que ahora es. Por ello, al margen de los cuidados que se le darán como a cualquier otro árbol de colección, se plantea una estrategia para conseguir esta reducción en un plazo de año y medio, dos años. Para ello se deberá ir destapando una pequeña parte de las raíces cada 4 - 6 meses, sin cortarlas. De este modo se consigue que esa parte vaya debilitando sus raicillas finas poco a poco, no de golpe, dándole así tiempo para que la planta busque nuevos caminos de sabia. En la foto inferior os muestro como puede plantearse esta labor, marcando los lugares aproximados por los que se deberá ir retirando el sustrato y dejando las raíces de cada sector a la intemperie. Primero se retiraría la tierra del sector uno, se deja descansar unos cuantos meses, luego se retira la del dos y así sucesivamente, siempre sin cortar, repito. Sólo al final del ciclo y cuando se haya verificado con la suficiente seguridad que la planta está viviendo con las raíces que le dejemos al final, se eliminará definitivamente el trozo de raíz sobrante.


MODELADO

    Lo primero que hace Luis para tratar de encontrarle un diseño coherente a la planta, es sentarse tranquilamente delante de ella. Poco a poco escudriña cada detalle y analiza los pros y los contras. Otra cosa que hace habitualmente es preguntarle al propietario si ha pensado ya en algún tipo de formación. Como se puede ver en las primeras fotos del reportaje, la copa o masa verde de este ejemplar está formada por las ramitas que parten de dos troncos diferentes. En este caso Javier había pensado en aprovechar los dos y formar un estilo en semicascada hacia la arte exterior del contenedor. Luis sin embargo tiene otros planes. Comenta que el árbol ganaría mucho más si se eliminase completamente la vegetación del tronco que sobresale hacia el exterior del contenedor, transformando toda su ramificación secundaria en multitud de jines que le aportarían una gran carga de carácter a la planta.  Por supuesto Javier aceptó el criterio de Luis y se le cedió el "honor" de realizar el corte. Aquí le vemos dispuesto a iniciar la faena.


    Obligamos a todos los participante del taller, que tengan que eliminar partes importantes de su árbol, a posar con los restos de la poda. En este caso no iba a ser menos, lo curioso es que todos posan sonrientes sin saber muy bien si han hecho lo correcto o si se habrán equivocado. En todo caso eso demuestra que confían plenamente en el consejo de su instructor, en este caso Luis Vila.


    Y como no podía ser de otro modo, los restos cortados ayudarán a mantener viva la lumbre de la chimenea.


    Un fuego que ayudará no sólo a mantener un ambiente cálido dentro del local, sinó a acelerar la curación de una partida de chorizos caseros que tenía Alberto colgados en la parte superior de la chimenea.


    Después de unas cuantas horas de intenso calor lucían un aspecto realmente apetitoso.


    Tan apetitoso, tan apetitoso que no nos pudimos resistir a catarlos al mediodia.



 ¡ Un "crack" este Alberto !




    Retomando el trabajo en la sabina pudimos comprobar, tan pronto se eliminó el tronco sobrante y se acortaron sus ramitas para ser transformadas en jines, que en esta zona iba a concentrarse un importante punto de atención visual. Cuando la madera muerta esté debidamente trabajada y blanqueada resultará imposible no posar los ojos en sus detalles.

 
    El trabajo que siguió a continuación ya os lo podéis imaginar: alambrar todo el árbol, desde las ramas más gruesas a las finas, pero sin meterse en el alambrado de detalle de la brotación más joven, la situada en los extremos de las ramitas. Para eso ya habrá tiempo.




    En esta tarea el "negro" que ha tenido que echar una mano ha sido Alberto, aunque también colaboró y mucho Carliños Leborán.


    Una vez finalizado el alambrado, Luis se volvió a sentar delante de la sabina y comenzó a colocar las masas de verde. Una ramita para un lado, otra para otro, agrupa aquí, separa allá...la cosa iba tomando color.



    Cuando en Bembibre se organiza un taller ni los contratiempos logran impedir que se continúe con el mismo. De hecho, cuando Luis estaba dándole los últimos toques al árbol de Javier, se fue la luz.






 ¿ Un problema ?






¡ Qué vaaa !







Se tiró de la linterna de los teléfonos móviles y se fraguó esta curiosa imágen que ahora os muestro y que tuve la fotuna de captar.


    No es que sea de una gran calidad, pero su platicidad es abrumadora. Luis Vila modelando un árbol bajo la luz de un teléfono móvil. Si me lo cuentan no lo creo. ¡ Ah que mola !

    Después de la anterior anécdota volvió a restablecerse el fluido eléctrico, Luís continúo con el modelado y finalmente se llegó a una imágen final, una imágen que es muy prometedora para el futuro bonsái pero que, para que pueda llegar a cuajar no hay que perder de vista el concienzudo trabajo que todavía requiere la reducción de la raíz. El éxito dependerá de este punto, en el que el propietario de la planta deberá ser paciente con ella, dándole los tiempos necesarios entre cada operación para no poner en peligro la vida del ejemplar.

Lateral derecho

Lateral izquierdo

Parte trasera de la planta

Frente de la sabina

    En la entrada de hoy hemos visto como los gallegos nos sobreponemos a las adversidades, trazamos un plan para acortar la enorme raíz reptante de una sabina, sabemos adaptarnos a contratiempos inesperados como la falta de luz, aprovechamos  los recursos para dar lugar a ricas viandas y, de la mano de Vila, "parimos" una nueva y sugerente forma para un bonsái. Somos un pueblo que nunca tira la toalla, trabajadores incansables que, como dice un famoso anuncio, "tal vez llegue un día en que un gallego baje los brazos...que se rinda... pero ese día...


       ...¡ ese día no llegó !"

    Ojalá hayáis disfrutado de esta nueva entrada, al menos que lo hayáis hecho tanto como yo al escribirla. Espero que me perdonéis las licencias que a veces me tomo al relataros los hechos, sólo tienen la pretensión de hacer mucho más amena la lectura.

    Un saludo del viejo capitán, buena marea ha sido esta. Es hora de reirarse al camarote.

    Juan Liñares

25 comentarios:

  1. Juan buen reportaje y mejores chorizos jeje, se me ha hecho la boca agua. El trabajo buenisimo, va acompañado de la paciencia del trabajo de raiz, pero ya se sabe que lo que mas cuesta es lo que más se valora, así que el dueño valorará este material como se merece. Un abrazo.

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    1. Efectivamente Keisha, espero que el dueño sepa valerse de la paciencia necesaria para realizar el trabajo de raíz sin precipitarse, el árbol lo merece y la primera formación realizada por Luis también.

      Gracias por participar. Un saludo.

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  2. A sido ver los chorizos y hacerseme la boca agua. Que ricos en un buen bocata.
    Ja¡ja¡ja¡ que imagen cuando se fue la luz, no se porque vila me recuerda a un capo en una de esas películas donde hacen cavar su propia tumba junto a un gran árbol a algún pobre desgraciado :)))

    Una cosa Juan, ¿los alambres verdes de la raíz son solo de sujeción o también hacen la labor de torniquete?

    Un abrazo

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    1. Carlos, nos zampamos los chorizos hechos a la brasa al medidiodía. No quedó ni uno, todo el mundo se quedó a gusto. Sobraron otras cosas, pero los chorizos, con ese regustinín a sabina estaban impresionantes.

      Hombre, Vila sí ejercía de Capo, al menos era el que mandaba. Menos mal que lo de la tumba no se le ocurrió.

      No Carlos, los alambres verdes son de sujección. Hasta que la pieza entró al taller nadie le había explicado a su propietario la forma en la que tenía que realizar la reducción de la raíz. Esos alambres ya los tenía antes de modelarla.

      Un abrazo.

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    2. Gracias por la respuesta. Yo pensé al ver los alambres que eran de sujeción, pero como con vosotros nunca se sabe pregunté no fuese a ser que sirviesen también para ir debilitando esa raíz.

      ja¡ja¡ja que quieres que piense, con esa luz y entre tanto chorizo... Al final de la historia resultó que el capo, sus secuaces y los chorizos eran de los buenos. Los auténticos chorizos y los malos, eran los de la banda del traje y la corbata Ji¡ji¡ji

      Un abrazo

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  3. Buen reportaje capitán, unas explicaciones impecables y todavía tengo la imagen de esos chorizos en la retina (jejeje)
    di que si, que en Galicia de los problemas hacemos nuestro pan y encontramos motivos para estar contentos, ...

    El árbol tiene una pinta increible.

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    1. Santi, creo que el saber "remar" contra las adversidades es una de las cosas que nos caracterizan a los gallegos.

      No sé, no sé...pero me da a mí que van a acaparar un mayor grado de protagonismo los chorizos que la sabina...¿ porqué será ? Ja, ja, ja...

      Un abrazo

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  4. Pes a mi me ha gustado mas la sabina que los chorizos y la foto a la luz del móvil un puntazo. Espero que el plan para las raices salga bien, es un arbol bonito y la madera muerta promete.

    Un abrazo.

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    1. Loli, yo también espero que os haya gustado más la sabina; los chorizos, al fin y al cabo, han sido un aderezo de humor en la forma de contar la historia. Ojalá la reducción de raíz salga bien, porque ya me tarda verlo terminado.

      Un saludo

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  5. simpática forma de contar la historia sobre los trabajos en este arbolito!
    buenas y curiosas fotos....me has hecho reir.
    ahora es un adolescente que camina hacia su madurez, me encantará verlo en su mayoría de edad.
    gracias por esta nueva entrada.

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    1. Rosana, en los tiempos que corren reir se hace casi tan necesario como comer. Me alegro haberlo conseguido. Yo también espero ver el árbolito una vez madure.

      Saludos

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  6. Estupendo reportaje. Seguro que cuando volvió la luz nadie contó los chorizos, pero me da que alguna faltaba.
    El árbol ha quedado precioso, cuando esos jin y maderas muertas esten arreglados lucirá un montón.
    Un saludo.

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    1. Jose, la verdad es que teníamos absoluta libertad para coger los chorizos que quisiésemos, no hacía falta que se fuese la luz.

      Yo también pienso que toda esa madera muerta, cuando esté limpia, tratada y contrastando con la vena viva, quedará espectacular.

      Un abrazo

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  7. Preciosa esa foto de los moviles y muy interesante la receta de chorizos a la sabina. Habrá que probarlos algún dia, antes de que un gallego se rinda.
    Saludos.

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    1. Ángel,como tengas pensado probar de los de esa partida ¡ lo llevas claro ! Ya no debe quedar ninguno.Me alegro que te haya gustado la foto de los móviles, ya dije que no tenía demasiada calidad, pero emana una plasticidad que consigue atraparte. Va una cosa por otra.

      Un abrazo

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  8. Como siempre una entrada con todas las de la ley. Es de agradecer todo el trabajo que te tomas no sólo en ilustrarnos con las fotografías justas y la explicación de lo que se hace en cada momento, sino que también nos muestras detalles para que podamos aprender de ellos (que falta nos hace).
    A la sabina habrá que dedicarle tiempo y cuidados, pero va a resultar una muy buena pieza. Lo de hacer posar al propietario con los pedazos que va cortando es de mentes retorcidas ;)))) yo creo que se ríe por no llorar... de alegría al ver el resultado final (pero mientras tanto...)
    Gracias por todo.
    Un abrazo. César.
    P.D. También me he fijado en los chorizos, pero por otros motivos, que estos días ha tocado matanza y mañana serán los nuestros lo que se cuelguen... después de un fin de semana de bastante trabajo, pero como se suele decir "perdónoche o mal que me fas polo ben que me sabes".

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    1. Hola César, me alegro que te guste la entrada y de que os vaya sirviendo alguna cosilla de aquí y allá para ir progresando en la andadura como bonsaikas.

      Sí, yo también creo que hacer posar a los propietarios junto a los restos podados es de mentes retorcidas, pero no se puede ir en contra de nuestra naturaleza, ja, ja, ja...

      Ya veo yo que te pasa lo mismo que a mí: del cerdo nos gustan hasta los andares.

      Un abrazo

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  9. Una nueva receta se incorpora a las de las chuletas al sarmiento, chuletón a la brasa de roble.... "la de ministros (digo...chorizos) a la sabina".
    Sospechoso lo del apagón, coincido con Lázare.

    Por otro lado, lo de ir reduciendo la longitud de la raiz, aunque lógico, no lo sabía y no se me hubiese ocurrido. Una vez más aprendiendo de tus lecciones. Es importante este tema o el enrafiar y doblar, ya que en esta especie, por algo se llama rastrera, es muy frecuente encontrar raíces así y más largas aún.

    La foto en penumbra tiene su aquel artístico. Mola, mola.....

    Un abrazo capitán.

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    1. ¡ Hola Yoyooo ! ¿ Te ha gustado la nueva receta, eh ? Me alegro de saber que hay alguien que puede resultarle provechoso lo que aquí se comenta.

      Un saludo

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  10. Buen reportaje como siempre capitán. me gusta la sabina espero que tenga el final que se merece. la foto de iluminamovil me gusta.
    creo que seria muy raro que un gallego se rindiera.
    saludos.

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    1. Gracias Manuel por comentar. Esperemos que el árbol pueda llegar a maceta de bonsái, si lo hace seguro que llegará a dar una buena pieza.

      Para que un gallego se rinda hay que ir al libro...

      Un abrazo

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  11. buen trabajo, muy bien explicado y como no, vivan los chorizos!!!!
    El resultado del trabajo es un arbol compacto muy interesante, en cuanto se vaya reduciendo la longitud de la raiz, mucho mejor.
    Se planteo la opcion de injertar raices nuevas?

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    1. No Alberto, no se barajó la posibilidad de injertar raices. Lo que sí apuntó Alberto Baleato es la posibilidad de plantarla en una laja o en una kurama lo suficientemente larga como para no tener que cortar la raíz. De ese modo se mantendría como crecen en la Naturaleza en muchas ocasiones, pero no sé yo como quedaría. De todos modos es una opción que el propietario no descarta, auque lo más probable es que se decante por la reducción.

      Un saludo y gracias por participar.

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  12. gracias por el reportaje impresionante evolución lo de la raíz me lo apunto por si algún día...un saludo

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    1. Creo que lo de la manera de proceder para acortar la raíz nos va a ser muy útil en más de una ocasión. Es un problema que se presenta frecuentemente y no siempre se sabe como actuar.

      Un abrazo

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