De visita en la Niemeyer

    Como muchos de vosotros ya sabéis el pasado fin de semana se ha celebrado, en la  asturiana ciudad de Avilés, el I Concurso Nacional de Bonsái Centro Niemeyer. El recinto, de reciente inauguración, impacta al visitante por su aspecto futurista, por su elegante sencillez y por su amplitud. Una visión del conjunto la podéis observar en la siguiente imágen, tomada desde la parte antigua de Avilés.

    El Centro Niemeyer consta de cuatro edificios, a cual más singular. En concreto a este le llaman "la cúpula":

    Este otro recibe el nombre popular de "la ola":

   El siguiente tiene cierto parecido a una torre de control aéreo y, en la parte superior, tiene un bar especializado en cockteles.

    En el cuarto de los edificios es en donde se encontraban los árboles expuestos. No hice foto del mismo, pero os puedo decir que era el más "modestito" en cuanto a diseño. En el hay varias salas de exposición, dos de las cuales estaban ocupadas por los bonsái. Antes de entrar en estas salas daban la bienvenida a los visitantes unos cuantos árboles de gran porte, colocados en el pasillo de entrada al recinto. Os muestro alguno de ellos, comenzando por un Tejo en semicascada propiedad de Jorge Campos.

    Aunque la mesa de exposición no se ajustaba a los cánones "normales" y resultaba algo justa de más en su parte superior, os muestro otra instantánea en la que se puede comprobar que se trata de un viejo tocón barnizado. Simplemente una idea a tener en cuenta, si surge el caso claro.

    Otro detalle, en esta ocasión de la madera seca del árbol.

    Cerca de él se encontraba un ejemplar de Pseudocydonia sinensis propiedad de "Yoyo", un buen amigo de Asturias al que ya tuve la ocasión de saludar durante la expo.

    La planta de acento en detalle:

    Un poco más alejado se encontraba este bosque de cedros:

    Este otgro bosque era de una especie más autóctona, concretamente de Hayas europeas (Fagus sylvatica):

    Otro bosque más, en esta ocasión unos manzanos:

    Otro de los ejemplares expuestos era este curioso Pinus sylvestris en estilo bunjin doble tronco, con un deje de azotado por el viento. Como véis toda una mezcla de cosas que no dejaban indiferente a ningún aficionado.

    Un buda de cerámica acompañaba al ejemplar anterior:

    El último árbol que os voy a mostrar en esta entrada es otro Pinus sylvestris, también en estilo bunjin y de gran porte:

    En próximos días seguiré colgando más fotos de este gran evento, al cual deseo tenga continuidad en el tiempo. Allí mismo se rumoreaba que posiblemente se celebre con carácter bianual. Sólo me queda felicitar a la organización, sobre todo a Andrés Álvarez y a Everardo Garrido, por el ingente trabajo realizado para que haya resultado un éxito, algo que sin duda no hubiesen podido lograr si no hubiesen puesto todo su empeño en un proyecto en el que creyeron desde el principio.