viernes, 8 de abril de 2016

Caballo grande...

INTRODUCCIÓN

    Desde hace algún tiempo fijé mi atención en los quejigos ( Quercus faginea ). No tenía ninguno, aunque algunos ejemplares que había tenido ocasión de ver en vivo lograron transmitirme la seguridad de que se trata de una especie ciertamente interesante para bonsái. La corteza abotonada de los ejemplares más viejos, junto con la reducida dimensión de sus hojas, es lo que más valoro de la especie. Eso amén de su rusticidad, su buena respuesta a los tratamientos de formación y su mayor resistencia a enfermedades que otras especies del mismo género. Luego, claro está, hay que tener la fortuna de encontrar un ejemplar con otras características deseables en este arte: buena base, movimiento, conicidad, etc.

    De la planta que os mostraré hoy ya me habían llegado referencias mismo antes de verlo en vivo. No en vano Alberto ya se había encargado de ponerme los dientes largos enseñándome algunas fotos que había tomado en casa del aficionado que era su propietario. Pero no fue hasta ver la foto que ahora os muestro, que me envenené.


    Y es que para mi esa imagen me aportaba más información de la que en un principio se podría extraer de su simple contemplación, me decía que ya estaba en Galicia, que se encontraba en su casa y que lo tenía a la venta. Poco tardé en ir a verlo, pero aun así a punto estuve de quedarme con las ganas pues, tras la publicación de la foto anterior, le había salido algún pretendiente, aunque finalmente no llegó a concretarse nada ¡ afortunadamente para mí !.

    Tras cerrar el acuerdo con Alberto, otro problema que se me planteaba era el de su transporte. Evidentemente en un utilitario no entraba, así que tuve que echar mano de otro buen amigo para que me lo llevase a casa en su furgoneta. ¡ Gracias Leo !.

    Al fin llegó el día y, después de todos estos preliminares, el quejigo llegó a casa. Os lo muestro desde diferentes ángulos para que lo veáis en detalle. Según la información de la que dispongo han transcurrido tres años desde su recolección y se le ha dejado crecer libremente para que aumentase su vigor a la vez que se aseguraba el enraizamiento.



   



    Para mí el árbol tiene unos detalles de calidad exquisitos, como por ejemplo su corteza...


...o este pequeño tronco secundario, con unos giros increíbles y que trataré de encajar en el diseño definitivo.




MI INTERVENCIÓN SOBRE EL ÁRBOL

    He de decir que antes de afrontar el modelado inicial del ejemplar he decidido no trasplantarlo. Es un trabajo que se dejará para el año que viene, así espero que no se vea reducido su vigor y pueda brotar nuevamente con la fuerza que caracteriza a la especie.

    Una vez metido en faena lo primero que hice ha sido limpiar la superficie del sustrato. Había algunas malas hierbas y también esta planta, que extraje con sus raíces y la planté en una maceta independiente con el ánimo de utilizarla como planta de acento. Seguramente crecía en el mismo lugar del que procede el quejigo, así que será una acompañante perfecta  para el mismo.


    Sobre la superficie también había numerosos botones de corteza, que me afané en recoger y guardar. Siempre nos puede hacer falta alguno para subsanar algún desprendimiento que se pueda producir.


    Uno de los usos para los que nos podrían servir se puede ver en la siguiente secuencia, en la que se observa como, usando un botón desprendido de un punto determinado, podemos volver a insertarlo en su antigua posición utilizando, para ello, un poco de pegamento instantáneo.





    En algunas zonas de la base habían brotado algunos chupones que enseguida eliminé.


    Como resultado de la poda inicial de reducción, se han producido algunas retiradas de savia en los extremos de algunas ramas. Es posible que si en su momento se hubiese utilizado una buena pasta selladora esto no se hubiese producido.


    Ahora mismo lo que hay que hacer es eliminar esos tocones secos para tratar de provocar una cicatrización total de la herida. Para ello me ayudo de una pequeña sierra.


    Depués del recorte del tocón:


        Para favorecer en mayor medida el proceso de cicatrización, pasé a continuación una lija con herramienta eléctrica. Para que esta acción no sea perjudicial debemos tener la precaución de no insistir durante mucho tiempo seguido en el mismo lugar, esto podría sobrecalentar la zona del labio provocando quemaduras que dificultarían el cierre de la herida.


    Y así se veía la zona antes de la aplicación de pasta selladora.


    Como este, había más tocones secos por todo el árbol que fui eliminando uno a uno. En una especie caduca no deseo hacer jines, eso es un recurso propio de coníferas, sobre todo. En los caducos se dan más los uros u oquedades, aunque inicialmente la realización de estos tampoco entra en mis planes. Como primera opción, aprovechando que todavía queda mucho camino en la formación de este quejigo, pretendo conseguir el total cierre de las heridas, el tiempo dirá si lo consigo.

    Visto desde uno de sus laterales el ejemplar se cae algo hacia atrás, por lo que tomé la decisión de calzarlo ligeramente de la parte posterior para continuar con el modelado, tal y como se ve en la siguiente fotografía.


    Por cierto, tanto en la foto anterior como en la que sigue, ya podéis ver el árbol con la brotación recortada.


    Estoy decidido a formar la ramificación utilizando, para ello, la mayor cantidad posible de la ramificación originada en la naturaleza. Es imposible conseguir ramas encortezadas como esas con técnicas de cultivo controlado. Aún así hay cosas que hay que corregir, como la primera rama de la izquierda, que tiene un tramo recto, cilíndrico y sin casi vegetación.


    La rama tenía una clara tendencia apical que quería controlar para favorecer la formación de la ramificación más cerca del tronco. Decidí cortar.


    A partir de esos brotes que ahora se sitúan cerca del corte y que ayudarán a cerrarlo, trataré de formar una nueva e intrincada ramificación.


    El pequeño tronco retorcido también tenía varios tocones que hubo que eliminar. Uno de ellos en el extremo del mismo, otro en la zona en la que ahora se ve una impresión de poda y otro el que se aprecia casi en su base. Este último fue eliminado después de hacer la fotografía.


    Sobre la utilización de esta otra rama tengo algunas dudas.


    En cualquier caso, aunque la vaya a usar en el futuro, nunca me encajaría en toda su longitud. La recorto también, esperando que brote por cerca de la zona de poda.


    Esta otra rama tiene una brotación muy interesante a media altura. A partir de ella construiré una rama importante en el nuevo diseño.


    Pero el problema es que no la voy a necesitar tampoco en toda su longitud, por dar origen a un doble ápice que tengo que corregir.


    Corto por encima de la parte que me interesa:


    Al final me quedo con la esencia de la rama, prescindiendo de lo superfluo.


    Vista de la rama una vez alambrada y posiconada:


    Quizás el mayor reto que tuve que afrontar haya sido enfrentarme con el gran corte que tiene la planta en parte posterior, resultado de la reducción drástica de altura.


    Al no haberse apurado el corte se generó un tocón bastante grande y tosco, alrededor del cual se habían desarrollado unos cuantos brotes. Si no existiese este tocón, esos brotes serían sumamente interesantes para la formación de alguna rama trasera, pero al salir directamente de él su eliminación era un peaje que debía pagar. Para este trabajo, tras la poda de algunas ramitas, utilicé la motosierra.


    Como podéis observar cubrí la superficie del sustrato para evitar que se llenase de serrín. De este modo la limpieza es mucho más sencilla y evitamos complicar el drenaje de la planta. Esta precaución es algo que deberíamos tener en cuenta siempre que trabajemos con herramientas no manuales.

    Este es el corte generado con la motosierra:


    Tras lo cual aún rebajé un poco más con la ayuda de maquinaria eléctrica.


    Finalmente pulí la zona, apliqué pasta a las heridas e hice las fotos finales del trabajo...¡ o al menos las que yo creía que iban a serlo !. Os las muestro ahora.

Frente
Lateral izquierdo
Parte trasera
Lateral derecho
    Dí por terminado el trabajo en ese momento, pero la verdad es que no había quedado demasiado satisfecho de como había quedado la zona que afectaba al gran corte de atrás. Fotos como la que muestra el lateral izquierdo producían en mí un desasosiego que no podía aguantar. Y es que, a pesar de haberlo rebajado bastante, seguía pareciendo lo que era: un gran corte. Y además estaba hecho de una manera que difícilmente iba a facilitar una perfecta cicatrización en todo el perímetro.


    Así que después de un par de días volví a enfrentarme al árbol, cogí nuevamente las herramientas eléctricas y me puse a trabajar esa zona tratando de dejarla con un aspecto más suave, más natural y que facilitase el proceso de cicatrización. Al final creo que lo conseguí y prueba de ello es el nuevo aspecto del corte, con una transición en la conicidad más suave, no tan brusca. Este es el resultado que podéis ver ahora por uno de los lados...


...y por el otro.


    Desde este otro punto de vista el resultado me parece realmente interesante:


























    Cicatrizar completamente el corte será tarea que lleve bastantes años, pero también al resto del ejemplar le falta ese tiempo para llegar a su madurez. Tomando decisiones como esta en etapas tan tempranas conseguimos que todo el árbol evolucione a la par. Es mucho menos gratificante cuando, tras tener la formación general muy avanzada, nos vemos en la obligación de volver a empezar de cero alguna de las partes.


    Hice una ampliación en blanco y negro porque creo que así se ven mejor los anillos de crecimiento. Yo ya me he perdido en varias ocasiones, así que si alguno quiere contar que nos diga luego en cuanto estima la edad de este quejigo.


    Tras terminar el trabajo cubrimos con pasta selladora, lo que nos evitará que se reseque esa parte provocando una retirada de savia. Al la vez la herida estará más protegida frente al ataque de hongos o parásitos.


    Y para finalizar queda una de las peores cosas que tienen los árboles grandes: volver a llevarlo a su lugar en los estantes. Menos mal que un buen amigo diseñó para mí esta carretilla plataforma. ¡Empuja capi!.


    Tenía ya ganas de mostraros esta nueva adquisición que espero, con el transcurrir de los años, se convierta es uno de los símbolos de mi jardín. Me gustaría haberos entretenido un rato con la lectura de su corta historia, os espero para la siguiente.

                                       ---------------------------------------------------------------

Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:

"¡Ay mi blusa marinera!
Siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera".

                                                        "Marinero en Tierra" - Rafael Alberti
                                                                                      

    Juan Liñares - "El Capitán"

26 comentarios:

  1. Que maravilla de árbol, yo tengo uno desde hace bastantes años, nada parecido al tuyo, mucho más hunilde claro, y puedo decir que es una especie que me encanta, ramifica genial, reduce la hoja fantásticamente, la corteza es una maravilla, dura a te las plagas y muy agradecida, una pena que no se vea más. Espero seguir este árbol en el tiempo y disfrutar de tus trabajos en el. Un abrazo Juan

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y yo espero estar aquí para contaros lo que va dando de sí, Keisha. Tus palabras me reafirman en mi convicción de que se trata de una especie muy apta para bonsái, hay que fomentar su uso.

      Un abrazo, celebro que hayas entrado a comentar.

      Eliminar
  2. Me encanta, me he enamorado de esa corteza y de esas curvas, pero como no me cabría en casa me conformo con verlo en tu blog.
    Me dirás que esto no es empezar bien el fin de semana, ahora me voy a tomar algo que me lo merezco esta semana ha sido "complicada".
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre puedes venir a verlo en vivo, Loli, si algún día tu destino te trae hasta Galicia ya sabes. Por cierto, si se hace finalmente el congreso gallego en octubre, tendrías la disculpa perfecta.

      Espero que leer esta entrada te haya ayudado a sobrellevar esas complicaciones que te ha deparado la semana, espero que no sea nada.

      Un abrazo, gracias por ser tan fiel con mi blog, lo agradezco sinceramente.

      Eliminar
  3. Muy bonito con mucho carácter. ¿Qué dimensiones tiene?
    ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tardé algo en responderte porque todavía no lo había medido. Después de haberlo hecho me doy cuenta de que tampoco es para tanto, cuando el árbol estaba "a monte" parecía más grande que en lo que se ha quedado finalmente. Tiene de altura 71 cm., de ancho 77 y el diámetro del tronco en la base es de 21 cm. Claro que cuando la copa esté construida sus dimensiones aumentarán algo, quizás bastante. Ahora tan sólo es la estructura básica.

      Un abrazo

      Eliminar
  4. Muchas gracias Juan por el meticuloso detalle de cada paso, consigues convertir un post en una demo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por el halago, me alegra saber que lo ves así.

      Un abrazo

      Eliminar
  5. Enhorabuena Capitán por esa adquisición, la verdad es que el árbol es impresionante, tuve la ocasión de verlo en la de kingii y me quede viéndolo un buen rato.
    Un buen reportaje y trabajo en esta primera intervención, veremos la parte que que esconde bajo el sustrato para el próximo trabajo.
    Esperamos una nueva travesía, que seguro que por esos mares coincidimos en algún puerto!

    Un abrazo.


    Abril

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El árbol tenía todo para no pasar desapercibido precisamente, Abril. A mí me impacto desde el momento en que Alberto me enseñó las primeras fotos, Debió ser lo qsue se llama un amor a primera vista, jejeje.

      El trasplante dará para otra entrada seguro, sobre todo si tenemos en cuenta que no sabemos lo que nos vamos a encontrar ahí abajo. Lo que sí espero es no llevar ninguna sorpresa desagradable.

      Un abrazo, gracias por entrar.

      Eliminar
  6. Enhorabuena por esa impresionante pieza, seguro que pasaremos unos buenos ratos leyendo sobre el como ahora.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Ángel, espero que se cumpla tu deseo que, evidentemente, también es el mío. Indudablemente queda muchísimo camino por recorrer al lado de este árbol, así que seguro que se genera material suficiente para nuevas entradas en el blog.

      Un abrazo, celebro que te hayas pasado a leerme.

      Eliminar
  7. Madre mia Juan has conseguido un pedazo de faginea.... ojala pueda verle en grandes exposiciones! Un abrazo y disfrutalo mucho!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno Alejandro, creo que sí tengo un buen faginea, al menos con potencial. No obstante para poderlo ver en alguna exposición deberé esperar aún unos cuantos añitos. De momento disfrutaré del camino, que ya comencé a hacerlo.

      Un abrazo y gracias por tu participación.

      Eliminar
  8. Buena adquisición Juan. Enhorabuena.

    Y buen primer trabajo. Creo que has acertado al no trasplantar después de tanto trabajo. Favorecerás que el árbol siga cogiendo vigor y avanzarás bastante en su cultivo.

    Gracias por hacernos participes de este primer trabajo. Navegar a tu lado siempre es un placer.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Manuel, a mi me hace feliz el hecho de que vosotros, los seguidores del blog, encontréis interesantes trabajos como este. Al fin y al cabo uno se mete en una afición para compartirla con los amigos, siempre creí que el no hacerlo no tiene sentido y nos impide disfrutarla plenamente.

      Un abrazo, gracias por estar ahí.

      Eliminar
  9. Interesante ejemplar. Complicado reto cerrar esas heridas, te veo fabricando alguna prótesis a modo de tapa para cubrirlas en el futuro, lo he hecho en alguna ocasión.
    En los últimos tiempos para evitar retirada de savia en grandes cortes en caducifolios estamos utilizando un sistema que funciona muy bien. En lugar de podar la rama por encima del brote con el que la reconstruiremos, pelamos un anillo de corteza como si fuéramos a hacer un acodo. La parte que queda por encima del anillo no se muere porque, como sabemos todos, la savia bruta asciende por vasos más interiores. Normalmente en un año se crea el callo de cicatrización en todo el contorno del anillo. Con el callo ya creado se poda la parte superior, se hace un jin o lo que más interese en el diseño. Lo hemos empleado con buenos resultados en hayas y robles y nuestra intención es hacer lo mismo con encinas, cerezos...

    Suerte con el quejigo, esperemos que lo que esconde la maceta no complique el diseño.

    Un saludo

    Josu

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues me parece muy interesante lo que comentas Josu, la verdad es que tiene todo el sentido del mundo. En esta ocasión ya no, pero en el futuro probaré el sistema que comentas, que no te quepa duda. Tengo claro que el cierre de las heridas va a ser lento y probablemente tendré que ingeniarme algo para acelerar el proceso. Con eso ya contaba.

      Un abrazo y, como siempre, una intervención muy bien traída. Gracias.

      Eliminar
  10. El roble este es un material de partida de 10 y además lo encaminaste muy bien, pero lo mejor es ver la ilusión con que afrontas el reto de hacer un gran árbol con el.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno Carlos, es que la ilusión con la que coges de principio un árbol va a determinar, en buena medida, el esfuerzo y el tiempo que le dediques. Si no lo coges con ilusión nunca llegará a ser un gran árbol porque tú no harás todo lo que podrías hacer para que llegase a serlo. Un ejemplar que no te llena, normalmente lo terminas aparcando en un rincón del jardín.

      Un abrazo, espero seguir contando avances de este quejigo.

      Eliminar
  11. Un trabajo muy interesante, como siempre. A veces una pausa como la que hiciste y volver a enfrentarse al árbol pasados unos días, refresca y permite ver las cosas más claramente. Efectivamente el corte quedaba "raro". No deja de ser un gran corte, pero ahora acompaña mucho más al movimiento del árbol.
    Cerrar heridas tan grandes, al igual que nos pasa a las personas, lleva mucho tiempo, pero hay que pensar que en algún momento se logrará, y entonces podremos observar la cicatriz con orgullo y como símbolo de fuerza y de vida.
    Muchas gracias otra vez Capitán.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya me ha ocurrido alguna vez en el pasado que un trabajo no me ha quedado como yo quería. Pasar un año entero mirando para algo que te desagrada es demasiado castigo, me molesta. Por eso, como en este caso hacía todavía poco tiempo del trabajo, decidí terminarlo como me gustaba a la menor brevedad. Ahora no me duele al verlo.

      Si tuviese la seguridad de que no iba a cerrar la herida, seguramente me habría decantado por ahuecar, pero como tengo fe toca esperar...¡ aunque sea mucho tiempo !

      Un abrazo, me alegra verte por aquí.

      Eliminar
  12. muy buena la puntualizacion de rebajar los viejos tocones con herramientas electricas, yo personalmente prefiero la gubias y formones, por lo que comentas ya que como te recrees un oco mas de la cuenta con la maquina, como bien dices quemas la madera, esto cauteriza la zona y no ciatriza ya que esta cauterizada, un detalle muy, muy importante que muchas veces pasamos por alto.
    en cuanto al material mucho trabajo por delante el que te espera, pero con este tipo de material es con el que merece la pena invertir todo este tiempo y trabajo que tienes por delante, pero como digo pasito a pasito se hace camino y estoy completamente convencido que es un camino que te apetece mucho transitar, siendo cosciente de tus andaduras y viendo la senta que has escogido seguro que el final del trayecto sera espectacular, muchas gracias CAPITAN.

    un abrazo ;-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te creas que soy muy partidario de trabajar con máquina eléctrica, en realidad ya lo fui más de lo que lo soy. La puntualización que haces viene muy a cuento porque es verdad, si te pasas con la máquina quemas la madera. Para evitarlo trato de no incidir demasiado tiempo seguido en la misma zona, en realidad voy dando pasadas casi por el aire y no repitiendo en el mismo lugar hasta trascurrido un tiempo, que aprovecho para ir pasando también por otras zonas. ¡ Qué difícil es de explicarlo con palabras !

      Como bien dices, querido Diego, la aventura que comienzo al lado de este quejigo me llevará por un camino que me apetece transitar... ¡ y en ello estamos, comenzando a recorrerlo !

      Un abrazo, es un placer que te hayas pasado por mi blog.

      Eliminar
  13. me ha gustado mucho la entrada y el "arbolito", me parece todo un acierto el haber rebajado el corte, ahora es mucho mas natural y se consigue un mejor movimiento y conicidad. espero a lo largo del tiempo otras entradas para ver su evolución, que seguiré con parecida ilusión a la tuya al formarlo, le auguro un gran porvenir a este arbol de diseño algo fuera de lo común. me encanta su aspecto. !a disfrutar!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que el corte, tal y como lo había dejado en un principio, no se veía nada natural, ahora estoy más conforme con el resultado. Que no te quepa dudad de que será uno de mis árboles mimados, o lo que es lo mismo decir que le dedicaré, de buen grado, muchas horas de mi tiempo. De mis aventuras con él ya os iré informando según se vayan produciendo.

      Un abrazo, gracias por entrar.

      Eliminar