Traigo hoy al blog parte de la historia de un pequeño Juniperus chinensis "Itoigawa". Se trata de uno de esos ejemplares importados que vienen sin terminar y que, por tal motivo, suelen resultar mucho más económicos para los aficionados. Desde que Gonzalo, su actual propietario, lo incorporó a su colección, ya le había manifestado que me gustaba el ejemplar. Hace ya de eso bastante tiempo, no recuerdo bien cuanto, tal vez dos años por lo menos. El caso es que en el mes de octubre me encargó que le hiciera un primer modelado fino, así que me lo hizo llegar a mi casa y me puse con él.
Os muestro unas fotos del junípero antes de los trabajos:
Frente |
Frente |
Lado derecho |
Parte trasera |
Lado izquierdo |
En algunas zonas las venas vivas habían engordado tanto que amenazaban con cerrar el shari que se había abierto en su día. En esta zona también era necesario actuar, haciendo más ancho el shari a costa de reducir la anchura de las venas vivas.
Como medida de precaución no está de más, en los trabajos que van a generar cierta "suciedad", proteger el sustrato para que no se nos manche, así no tendremos luego que invertir más tiempo para adecentarlo. En este caso decidí flejarlo con un film para que quedara totalmente protegido.
COMENZANDO CON LOS TRABAJOS
Antes de meterse en profundidad con el modelado de la copa había que realizar algunas tareas previas. Siempre es preferible dejar el modelado del verde para el final, de lo contrario corremos el riesgo de que se descoloque la vegetación al seguir trabajando en el árbol. En este caso comencé por pelar un trozo más de vena viva, de este modo también el shari ganaría en anchura. Además se crean diferencias de relieve que hacen que el resultado final sea más interesante.
Naturalmente también procedía una limpieza general de la madera muerta preexistente y su posterior saneado. Aquí tenéis una pequeña muestra.
Como se aprecia en esta fotografía, también la vena viva ha sido saneada. Una vez hecho este trabajo el ejemplar ya luce mucho más bonito, más limpio.
No me convencía el ángulo de plantación del junípero, así que comencé a jugar un poco con él para ver que posibilidades me ofrecía...
Una vez decidido por donde debería ir la nueva formación me encontré con una rama que, a mi entender, sobraba claramente. Cuando se trata de sacrificar ramas en un material como el que nos ocupa no es cuestión de precipitarse, hay que valorar los pros y los contras ya que, tras su poda, ya no hay marcha atras. En este caso las razones me parecieron bastante obvias:
1) Ocultaba la visión de los jines, posiblemente ya trabajados en Japón, y que se situaban justo debajo de dicha rama.
2) Su sacrificio aumentaba considerablemente el movimiento de la planta, lo cual me pareció mucho más interesante.
Esta que toco con mi mano es la rama en cuestión:
En esta otra toma el sacrificio de la rama ya había sido realizado:
Naturalmente el corte se realizó dejando un pequeño trozo de la rama en cuestión...
...que más tarde sería transformada en un nuevo jin:
Después de las anteriores actuaciones llegaba la hora de ponerse manos a la obra con el alambrado.
¡ Hay que ver con estos "itos", lo pequeños que son y el tiempo que requieren para realizarle un buen alambrado ! Pero no queda otra que valerse de paciencia si queremos que el resultado final sea bueno y convincente. Tras algunas horas de trabajo el alambrado se termina y el aspecto de la planta, antes de colocar los pisos de follaje, es algo desalentador:
No poco tiempo lleva también la colocación de la vegetación, parece fácil, pero se trata de un trabajo que ha de ser realizado de un modo muy meticuloso y meditando tranquilamente cada paso que se va a dar. El éxito del trabajo de pende de ello.
Después de un rato el encargo se ha terminado, sólo me queda mostraros el resultado final, ¡ aquí está !
Parte trasera |
Parte trasera |
Frente |
Frente |
Además de las fotos también os dejo un pequeño vídeo que hice cuando le fui a llevar el árbol a su propietario. Creo que le gustó.
Hoy no quiero finalizar sin dedicarle esta entrada del "Cuaderno de bitácora" a Gonzalo, el propietario del bonsái, que confió en mí para la realización del modelado de su bonito junípero. Aunque él no es de ser muy expresivo, creí adivinar en su rostro una ligera sonrisa de satisfacción. Me he sentido ampliamente recompensado por ello. Espero también que el reportaje de hoy haya sido de su agrado y que signifique para él un pequeño aliento que le ayude a afrontar ese pequeño reto que tiene por delante. ¡Un fuerte abrazo compañero!
Juan Liñares