miércoles, 15 de febrero de 2012

Puesta a punto de un Hinoki

    Hola a todos, el pasado fin de semana hemos tenido la suerte de contar nuevamente con la presecia del maestro italiano Marco Invernizzi entre nosotros. Lamentablemente no pude asistir más que el domingo a uno de sus talleres. Como había dejado pendiente la finalización del trabajo sobre uno de mis Cipreses de Hinoki, decidí volvérselo a llevar para darlo por finiquitado.

    El día antes del taller me pasé buena parte de la tarde alambrando la zona del árbol que no se había trabajado la vez anterior. Me había dicho Marco que sería buena idea hacerlo, para a así no perder tiempo en el taller. De todos modos también me había dicho que dejase sin alambrar el ápice, puesto que tenía pensado intervenir sobre él de un modo más contundente.

    Como no podía ser de otro modo os muestro unas fotos del árbol hechas el sábado, justo antes de que lo comenzase a alambrar. Como os podréis percatar realmente al árbol le falta definir, pero la estructura básica ya está bastante madura.


    Antes de ponerme a alambrar le puse una marca a todas las ramas que Marco había trabajado ya en el anterior taller, ¡conociéndolo no quería recibir una bronca por algo que el mismo había hecho!


    Cuando me preguntó al día siguiente sobre cual era la razón de las marcas le contesté esto mismo que os acabo de decir. No dijo nada. No sé si le gustó, pero...
En las fotos siguientes os muestro dos pequeñas zonas de madera muerta creadas también en el taller de octubre. Una de ellas, la primera, consiste en una pequeña prolongación del shari principal del tronco, que hasta ahora finalizaba en un pequeño jin. La otra responde a otro shari, creado en una raíz en la que se había verificado que ya no había circulación de savia.



    Al día siguiente, antes de que comenzáse el taller le tiré otra foto al árbol, de este modo podéis ver como lo había dejado yo. Teniendo en cuenta que al ápice no le había tocado por expresa petición del maestro, creo que el resto del árbol ya no había quedado tan mal ¿no creeis?


    Ultimamente me estoy dando cuenta de que cuando asisto a un taller hago muchas fotos, pero con diferencia, del árbol que menos hago, es del mío, no sé porqué. Bueno, la verdad es que sí lo sé: me enfrasco tanto en el trabajo que no me doy cuenta de que lo que estoy haciendo también sería merecedor de ser documentado en mayor medida. Bueno, historias aparte, al árbol se le enrafió el eje principal de la rama que iba a servirnos de ápice, era necesario enfatizar el movimiento en esa zona. A continuación se le alambraron todas las ramas, hasta los brotes más finos. Después de escuchar unas cuantas reprimendas por parte del maestro en lo que al alambrado se refiere, el Hinoki quedó listo para que él lo comenzase a "colocar". Marco es muy exigente con el alambrado, hasta tal punto que raya en lo obsesivo. A mí, que llevo ya muchísimo tiempo en esto, no paró de "darme caña" y eso que creía que sabía hacerlo. No sé, tendré que "desaprender", como dice un famoso anuncio, para volver a replantearme el tema desde otro punto de vista. Bueno, después de todo esto, comenzó a mover las ramas a su antojo. Aquí le tenéis en plena faena.


    Esta, además, es una buena imágen para que nos podamos hacer una idea del tamaño de la planta, que no es que sea gigante, pero tampoco es demasiado pequeña precisamente.


    Después de haber terminado no encontré un sitio demasiado bueno para hacer unas fotos, pero finalmente lo puse sobre una repisa metálica en la que Kingii, nuestro anfitrión, tenía colocado algún otro árbol. De este modo, al menos, su silueta se recortaría sobre un fondo de cemento más o menos uniforme. Lo que ya no fui capaz de conseguir fue una buena foto de los laterales, ya que la anchura de la balda metálica no me permitía situar el árbol con seguridad en esta posición; preferí no arriesgar. Las fotografias hechas de los dos lados son las siguientes, primero el lado derecho...


    ...y luego el izquierdo.


    Por su parte el dorso se veía así:


    Y ya, por fin, os muestro el frente ¿ cómo lo véis ?


    Antes de dar por finalizado el taller le consulté a Marco sobre cúanto tiempo consideraba él que tardaría en madurar el árbol para poder ser presentado, con dignidad, a una expo importante.
    - De tres a cuatro años - me dijo.

    Después de todo lo que había estado encima de mí con el tema del alambrado, Marco me confesó que el Hinoki, para ser sinceros, es una de las especies más difíciles de alambrar y que en Japón, grandes maestros como Kimura, tan sólo los ponen en manos de sus alumnos más veteranos. ¡Uf, que alivio! Al final hasta me dió la sensación de que, en el fondo, se estaba disculpando de algún modo...lo cual agradezco.

    Espero que os haya gustado esta nueva entrega de este vuestro "Cuaderno de bitácora". Os espero en la siguiente aventura.

2 comentarios:

  1. A quedado bien. Juan del cambio de maceta que es lo que te comento marco.
    No te me obsesiones con el alambre ehh
    Un saludo

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  2. hola juan,soy pablo,el q estubo con vosotros el domingo y puedo asegurar q la ultima foto del frente ya terminado no se puede ni comparar a lo realmente precioso q quedo el arbol en persona.
    una pasada!!!!!

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