viernes, 30 de diciembre de 2011

Agazapado

    Hola a todos, hoy voy a mostraros otro de los trabajos que se han hecho con Marco el pasado mes de octubre. El taller tuvo lugar, como ya había comentado en otra entrada, durante la celebración de nuestra tradicional expo de otoño. El ejemplar protagonista hoy es otro Pinus sylvestris, en este caso propiedad de Chisco, uno de los veteranos de nuestro club. Chisco es una persona a la que no le gusta precipitarse a la hora de trabajar los árboles, por lo que los ejemplares que suele traer a estos eventos suelen ser plantas perfectamente establecidas, con varios años de cultivo en maceta. Este era otro de esos casos.

    Comienzo por mostraros la planta desde diferentes ángulos, para que os hagáis una idea de como estaba inicialmente y las posibilidades que ofrecía.


     Después de haber atendido pacientemente a las explicaciones que dió Marco con los árboles que le precedían, al fín le tocó el turno al pinito de Chisco. Como ya he comentado en alguna ocasión, los talleres con Marco siempre comienzan con una introducción bastante extensa durante la cual él nos habla de lo que vé en cada ejemplar, las posibilidades que tiene, detalles del cultivo, etc. En la imágen que sigue estábamos en esta fase: escuchar lo que el maestro tiene que decir.


    Una de las cosas por las que comenzó fue por explicar la forma de seleccionar los brotes y como hacer una buena limpieza de agujas, algo imprescindible antes de comenzar con el trabajo de formación.


    Un trabajo sucio que el maestro le encomendó al propietario, fue la eliminación de la capa de sustrato superficial: había que destapar la base hasta el nivel de raíces. Este trabajo, que puede parecer una tontería, es fundamental, y más de una vez he visto un cambio de planes en función de lo que se encontrase debajo.


    Cuando a Chisco le parecía que ya estaba bien destapada la base, vino Marco y todavía continúo otro poco.


    Después de descubrir el nebari lo siguiente que había que hacer era trabajar un poco en los detalles de madera seca, en los jines en este caso. Había que darles un acabado lo más natural posible, comenzando por descortezarlos y siguiendo por romperlos de manera "creíble".


     Chisco es un tío meticuloso, al que le gusta la perfección en el trabajo. Observadlo aquí, meditando los pasos que había de dar para continuar trabajando los jines.


    Poco a poco el proceso iba avanzando.


    Cuando hubo terminado con los jines era el turno de afrontar el alambrado. La ventaja de que el árbol no sea demasiado grande es que también el alambrado lleva menos tiempo. Cuando me descuidé Chisco ya casi había terminado de alabrar toda la planta.

    Ya sólo quedaban algunos pequeños brotes por alambrar. El alambre fino es el que nos va a permitir una mayor definición de capas, por lo que no debemos nunca descuidar el alambrado de ninguna ramita que lo precise...que por otro lado casi siempre son la mayoría.

 
 
    Una vez que se terminó con el alambre era hora de que tomase de nuevo la iniciativa Marco. Estuvo poco tiempo moviendo las ramas, tal vez diez minutos, no más, pero la verdad es que cuando lo ves trabajar te asombra lo "facil" que lo hace todo. No demuestra nunca ni una sombra de duda. Os muestro ahora el resultado final de este pino, al que yo me he referido como "el agazapado", creo que la razón es bien obvia.
Os comienzo por mostrar la parte trasera.

  
     Lateral derecho.


    Lateral izquierdo.


    Y, para finalizar, aquí tenéis el frente de este ejemplar. Ahora no se ve demasiado bien la base, pero cuando el propietario lo trasplante a una maceta de bonsái resaltará mucho más. Incluso el movimiento y la conicidad se verán acentuados.


    Bueno, pues hasta aquí nos ha traído hoy este viejo cascarón, espero que en las siguientes singladuras os volváis a enrolar como tripulación...aunque también son bien recibidos los visitantes de "clase turista".

             ¡¡¡¡¡ FELIZ 2.012 !!!!!

domingo, 25 de diciembre de 2011

Como hemos cambiado

    Hoy me estuve entreteniendo un poco revisando algunas fotos antiguas de las primeras exposiciones en las que participé. Cada vez que las veo me doy cuenta de cuanto hemos cambiado: somos un poco más viejos, algunos de los que compartían afición con nosotros la han abandonado y otros, por desgracia, nos han dejado para siempre.

    En cuanto a los árboles no sólo han evolucionado los pocos que quedan de aquella época, sinó que también nuestro nivel ha aumentado de forma notable. Los que tenemos hoy en día no tienen nada que ver con los que teníamos entonces. Aquellos a los que antes considerábamos ya como "bonsái" hoy no pasarían de ser unos simples palitroques. Os voy a mostrar algunas fotos de árboles pertenecientes a la misma especie, o a especies similares, para que os hagáis una idea de lo que hemos evolucionado. Todos los ejemplares que váis a contemplar pertenecen a miembros de la Asociación Cultural Bonsái Coruña, por lo que si considerásemos árboles que hemos tenido ocasión de ver en las últimas expos de nivel nacional, podríamos comprobar que la diferencia todavía es más notable.

    A principios de los años ´90 exponíamos, por ejemplo pinos de este nivel, que por aquel entonces considerábamos maravillosos.


    Han pasado los años y hoy en día ya disponemos de ejemplares ciertamente notables en cuanto a calidad, como este gran ejemplar de Luis Vila.


    Me imagino que este cambio de nivel ha sucedido a lo largo y ancho de nuestra geografía, pero la verdad es que nos da idea de cuanto y cuan bien se ha trabajado durante este tiempo. Os pongo otro ejemplo; también allá por los años ´90 se exponían algunos aligustres como este que sigue.


    Años después Leo Blanco consiguió elevar a la categoría de arte el nivel alcanzado en este ejemplar, formado por él desde cero.



    Ya por aquel entonces había algunas especies clásicas que cautivaron el corazón de los primeros aficionados de este país, tal es el caso de los arces. En este caso podéis comprobar como eran los ejemplares de entonces a través de la siguiente instantánea. ¡Ojo, que no estoy queriendo transmitir con esto que los aficionados de hoy en día no tengan árboles así! Lo que quiero, a través de la presente entrada, es dejar constancia  del nivel de autoexigencia que todos hemos tenido que afrontar a la hora de seleccionar los ejemplares que queremos mandar a las exposiciones. Bueno, a lo que iba, ahí va la foto de un palmatum de aquella época.


    Afortunadamente hoy podemos contemplar soberbios ejemplares como este que sigue, perteneciente a nuestro compañero Alberto Baleato "Kingii"...

    
    ....o este otro de Jose San Luis "Masahito".



    En aquella época había algunos ejemplares de olivos y acebuches en el club, como es el caso del que sigue.


    Y también de este otro:


    A pesar de que en Galicia no hay muy buen clima para el correcto desarrollo de los ejemplares esta especie (nos falta calor) hemos conseguido disfrutar de algúnos ejemplares soberbios, como este que os pongo a continuación, salido de las manos de Luis Vila y que ahora pertenece a Leo Blanco.


    Voy a terminar este repaso por hoy con otro ejemplo claro. En este caso os muestro, en primer lugar, el tipo de Olmos chinos que teníamos los aficionados por aquel entonces...aunque no todos eran así...pero bueno.


    Hoy podemos disfrutar de algunos ejemplares tan bien trabajados como el que sigue, propiedad de Jaime Parada, un compañero de Ourense que suele asistir y participar en muchos de los eventos que celebramos en nuestra Asociación.


    Todos estos ejemplos ponen de manifiesto que estamos avanzando en la dirección correcta. A veces parece que nos estancamos, pero casi sin darnos cuenta vamos mejorando, a veces perfeccionando nuestros árboles y otras sustituyéndolos por otros que suben el nivel medio de nuestra colección. ¡ Eso también es evolución ! Saber desprenderse de los ejemplares que no nos acaban de llenar también es progresar, sobre todo si su lugar lo vuelve a ocupar un ejemplar de mayor nivel.

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    Los marinos están hechos de una pasta especial, casi se podría decir que no son como el resto de los mortales. Sus pieles curtidas por la sal, sus manos cuarteadas, el rostro bronceado por narices y un trabajo tremendamente duro, acercan a estos hombres a la heoroicidad. Sólo compiten con ellos los mineros...que también saben un rato largo de trabajos de esclavitud. Desde este cuaderno rendimos hoy un pequeño reconocimiento a estos valientes, muchos de los cuales no habrán podido tan siquiera pasar unas navidades en familia. ¡ Mucho ánimo Valientes !

viernes, 23 de diciembre de 2011

El alcornoque portugués

    Hola a todos, de nuevo entro en vuestras pantallas para mostraros un modesto trabajo de formación sobre un alcornoque. El árbol llegó a mis manos tras un intercambio con un aficionado portugués: el se llevó un Crataegus y yo me quedé con la planta que protagonizará la travesía de hoy.

    La planta no es que sea un dechado de virtudes, pero tampoco estaba tan mal. Sin duda el peor de sus defectos es un deficiente trabajo de madera muerta, realizado por su anterior propietario. Desde luego habrá mucho que trabajar ahí para solucionar el problema, pero los retos me estimulan sobremanera.

    Bueno, pues vamos al meollo de la cuestión. A este alcornoque se le ha dejado crecer libremente desde el mes de abril, que fue cuando lo adquirí. No está de más no fiarse demasiado de un árbol recolectado por otra persona sinó tenemos plena confianza en que nos lo vende o nos lo cambia, como ha sido este caso, con plenas garantías de superviviencia. Si conocemos el árbol desde hace tiempo tendremos una información que nos puede ayudar enormemente a no "meter la pata", pecando de precipitaciones que pueden llegar a ser fatales para el árbol. Por todo ello lo mejor es dejarlo pasar algún tiempo en casa, limitándonos a regar y abonar generosamente la planta sin exigirle nada más, hasta estar completamente seguros de que va a aguantar los trabajos de formación. Este ha sido el caso de este prebonsái. Como veréis en la foto siguiente el árbol ha crecido bien, dando unos notables síntomas de vitalidad.


    Otra vista más de cerca.


    La parte trasera.


    Naturalmente lo primero que hice fue reducir drásticamente la longitud de la mayoría de las ramas.


   La parte trasera tras el primer acercamiento a base de poda.


    Sin embargo en las instantáneas anteriores no teníamos al árbol colocado en su ángulo de plantado definitivo. En mi mente está el formar un bonsái en estilo semicascada, por lo que una inclinación hacia la izquierda era claramente necesaria.


    Una vez situado el alcornoque en lo que iba a ser su ángulo más o menos definitivo, comencé una minuciosa inspección para decidir que brotes o ramás me iban a servir de cara al futuro y cuales debían ser eliminados. Así podé aquellos que salían en lugares inapropiados, los que lo hacían por duplicado o triplicado en ubicaciones en las que sólo se necesitaba uno, los que se se habían desarrollado en exceso, etc. La verdad es que al finalizar esta selección el árbol ya no mostraba una copa tan compacta, se veía mucho más rala, pero es necesario no tener miedo a la hora de afrontar este tipo de intervenciones, sobre todo si tenemos claro que la vegetación que eliminamos no nos va a aportar nada de cara al futuro.


    Lo que siguió a continuación es una de las labores más tediosas en la formación de un bonsái, odiado por muchos aficionados: el alambrado. Yo sin embargo disfruto mucho de este momento, descifrando poco a poco, rama a rama, brote a brote los secretos que encierra la planta. Es un momento en el que el aficionado se "aprende" su árbol, el momento en el que llega a conocer todos los pequeños secretos, sus obligaciones, sus defectos...En ninguna otra labor nos fijaremos tanto en estos detalles como cuando alambramos. Además creo firmemente que el bonsái moderno gira en torno a un buen alambrado, hoy en día casi no se concibe la realización de una gran obra sin usar el alambre, muy a pesar de lo que muchos creen. Los que no son partidarios del alambre que me perdonen, pero pienso que están negándose a aceptar el mayor avance que se produjo en el bonsaí moderno: fue a partir de la generalización del alambrado cuando el bonsái experimentó un avance que lo llevaría a la categoría de arte. En fin, no me enrrollo más, os muestro el árbol una vez alambrado, aunque todavía no le había colocado ni un sólo brote en su posición definitiva.


    Como véis, para alambrar he situado otra vez el árbol en su antigua posición, más que nada por una razón de estabilidad. Sin embargo para modelar las ramas sí es necesario tener el ejemplar en la que consideramos que va a ser su posición definitiva. Por eso, para esta última fase, volveremos a inclinar el árbol. Os muestro las imágenes de la planta una vez finalizado el primer modelado; comienzo por la parte trasera.


    Y ahora, para finalizar, la parte frontal.


   Como os podéis imaginar a este ejemplar le falta mucho hasta llegar a ser un árbol importante, bueno mucho o nada, al final sólo es cuestión de tiempo y perseverancia en el trabajo. Espero que os hayáis entretenido un rato leyéndome, de son ser así espero conseguirlo en la siguiente entrada.

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    No podía despedirme un día como hoy sin desearos a todos los que seguís este humilde blog, a los que aguantáis al pié del cañón las locuras de este capitán, unas muy FELICES FIESTAS. Es Navidad, paz en la tierra a los hombres de buena voluntad, que el espíritu navideño inunde vuestras vidas durante todo el año. Un gran y afectuoso abrazo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Un bunjin para Luis Alberto

    En el pasado mes de octubre hemos tenido la fortuna, como ya viene siendo habitual, de contar con la presencia entre nosotros del gran maestro italiano Marco Invernizzi. Uno de los días que nos dedicó lo hizo trabajando para la Asociación Cultural Bonsí Coruña. Coincidió además que celebrábamos nuestra habitual expo de otoño, con lo que Marco impartió los talleres de cara al público. Además nos estuvo asesorando sobre como montar la exposición, comentando algunos aspectos que deberíamos tener en cuenta. Todo muy ameno, lo que sin duda habrá servido para que más de uno tome nota de cara a próximas citas.

    En cuanto a los talleres hubo diversidad de árboles, aunque curiosamente la mayoría eran pinos. Uno de ellos fue el que ha traído nuestro buen amigo Luis Alberto, Un ejemplar de altura considerable y de complicada resolución. Os lo paso a enseñar sin más demora.
    Como veis el ejemplar no era "facil", habría que "domesticarlo con cariño". Lo primero que suele hacer Marco cuando se enfrenta a un árbol por vez primera es comentar las características generales del mismo, como está haciendo aquí, en presencia de todos los participantes en el taller.
    Después de darnos unas pequeñas explicaciones sobre ejemplar en concreto, lo siguiente que suele hacer es pedirle al propietario que le cuente un poco cual era la idea que tenía para él. Este momento queda reflejado a continuación, a través de la siguiente imágen, en la que Luis expone su punto de vista para que todos lo compartamos.

    A continuación Marco nos cuenta cual es la mejor opción que él ve para el árbol. En caso de que el propietario esté de acuerdo con la misma es hora de ponerse manos a la obra. En este caso lo primero que tuvo que hacer Luis es eliminar alguna acícula vieja, lo que facilita sobremanera el alambrado posterior.
        Tras terminar esta tediosa labor lo siguiente que hubo que hacer fue enrafiar parte de la zona alta del tronco. En esta ocasión contó con la colaboración de otros dos socios: Antonio y Alberto, que no tuvieron reparos en echarle una mano a Luis para que la rafia quedase bien prieta.

    Cuando la rafia estuvo colocada en toda lextensión que el maestro pidió, se acercó a la planta y varió el ángulo de plantado, situando al pino en el que iba a ser su nueva posición.

    La idea era compactar bastante el árbol, para lo cual Marco volcó casi todo su peso corporal encima del mismo. Mientras tanto Luis ajustaba el tensor y Alberto sujetaba la maceta, no fuera a ser que se produjese un accidente indeseado.

    Este es un trabajo muy delicado, que a pesar de la brutalidad que parece ser empleada para llevarlo a cabo, nada más lejos de la realidad. Cada movimiento, cada paso, están perfectamente controladon, mirad sinó la cara de concentración del maestro italiano con la mirada perdida en el infinito.
    Tras la colocación del tensor toca ahora verificar que se ha conseguido el objetivo deseado.

    Una vez comprobada la eficacia del tensor toca ahora modelar la parte que previamente se había enrafiado. Para ello Marco vuelve a dar muestras de su sensibilidad cerrando los ojos para sentir mejor como evolucionan las dobleces que pretende dar al tronco. Es como si aumentase su sensibilidad ante cualquier pequeña microrotura.

    Después de todos estos trabajos previos, en los que se ha decidido ya la futura forma del bonsái. es hora de meterse en harina con el alambrado. Marco señala como quiere que se lleve a cabo, que ramas alambrar en primer lugar, como hacerlo bien para que sea eficaz a la vez que estético, etc.

    Una vez el árbol está totalmente alambrado Marco va colocando las ramas en sus ubicación definitiva.

    En esta parte todavía se hace necesario colocar otro tensor. La copa debe de volver hacia el tronco para darle un mayor movimeinto y compacidad.

    La técnica de colocación del tensor en detalle.

    El trabajo debía de estar desarrollándose según los planes establecidos, no en vano los protagonistas mostraban esta cara de satisfación.

    Dandole los últimos "toques" bajo la atenta mirada de Luis.

    Y este es el resultado final. Le falta mucho camino por recorrer todavía, pero las bases ya están asentadas. Ahora da la impresión de no estar todavía muy definido, pero con el paso de los años esto se irá mejorando estación tras estación.


    Bueno, pues hasta aquí la entrada de hoy, espero que os haya gustado y que pasáseis un rato entretenido leyéndola, al menos tanto como yo lo hice compartiéndola con todos vosotros. Mañana va a ser que no...y pasado tampoco, pero permaneced atentos puesto que un día no muy lejano emprenderemos una nueva aventura y el que no esté presente se quedara en tierra. ¡Aviso del capitán!

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    Tras haber colgado esta entrada en el blog, Luís tuvo a bien enviarme una foto acttual del árbol, ya en su jardín, en la que se aprecia mejor la linea del árbol. Os la enseño para que lo comprobéis.